Bogotá entiende la revitalización urbana como una política dinámica, tangible y escalable que busca cerrar las brechas de acceso y corregir los desequilibrios sociales y ambientales que afectan a la ciudad. Este enfoque trasciende coyunturas políticas, promueve la coordinación institucional y se fundamenta en el principio de adicionalidad, articulando recursos, innovación y capacidades de diversos actores para potenciar el impacto de las intervenciones. Su implementación exige una perspectiva multisectorial y multiescalar, vinculando esfuerzos sociales, económicos, ambientales institucionales, y priorizando inversiones progresivas en áreas donde se logre mayor costo-beneficio, asegurando que los beneficios superen el resultado de esfuerzos fragmentados y sectoriales.
Bogotá ha comprobado que transformar sus barrios cambia la vida de las familias, convirtiendo la revitalización urbana en una poderosa herramienta para impulsar la equidad y la movilidad social. Por eso, se apuesta a invertir en las zonas que más lo necesitan, utilizar datos reales para crear políticas efectivas y medir resultados para asegurar que los recursos lleguen a todos por igual. Hoy sabemos que mejorar un barrio en solo un 10% puede elevar la calidad de vida hasta en un 5%, evidenciando impactos directos y cuantificables. Aunque los desafíos estructurales siguen presentes, estas intervenciones focalizadas abren caminos para que más personas superen la pobreza y logren mejores oportunidades.
Con el claro objetivo de acercar a las personas a las oportunidades que ofrece Bogotá, "Revitaliza tu Barrio" se integra al plan "Mi Casa en Bogotá" bajo la visión del Desarrollo Urbano Orientado al Transporte. La estrategia transforma áreas deterioradas aprovechando su conexión con el transporte masivo, impulsando la oferta de vivienda VIS/VIP en zonas centrales. Así, crea una sinergia poderosa entre infraestructura de movilidad y mercado inmobiliario. Una vivienda bien localizada no solo aumenta su valor, sino que fortalece el patrimonio familiar y abre puertas para el progreso intergeneracional. Excluyendo las grandes operaciones urbanas y zonas de interés cultural o equipamientos, en estas áreas prioritarias hay potencial para construir 33.800 nuevas viviendas que marcarán la diferencia en la ciudad.
Bogotá apuesta por estrategias innovadoras como los Proyectos de Renovación Urbana para la Movilidad Sostenible (PRUMS) y las Áreas de Integración Multimodal (AIM) para impulsar el desarrollo e inclusión social. En las áreas ya definidas como AlM, se identificaron 217,7 hectáreas con potencial para implementar PRUMS. Al unir estas herramientas, se facilita la articulación Público-Privada, generando mecanismos de captura de valor del suelo garantizando que los beneficios del desarrollo urbano se distribuyan equitativamente. Así, se financian proyectos de infraestructura y servicios sociales, promoviendo la vivienda social en suelo accesible.
Igualmente, Bogotá, bajo el paraguas de la revitalización urbana, une fuerzas públicas y privadas para aumentar la oferta de vivienda VIS/VIP, asegurar que las personas puedan quedarse en sus barrios y cerrar las brechas territoriales. El desafío no es solo habilitar suelo, sino transformar la forma en que se gestiona la ciudad. Dentro de las herramientas más novedosas se destaca la identificación de Áreas de oportunidad (AO) para desarrollar proyectos de vivienda VIS/VIP, espacio público y equipamientos; el acompañamiento a Operadores urbanos y al sector privado en la implementación de Planes Parciales y Actuaciones urbanas; y la Declaratoria de Desarrollo Construcción y Uso Prioritarios para activar el uso de suelos ociosos y contrarrestar la especu-lación.
El modelo de gestión para la revitalización urbana adopta un enfoque integral orientado a la convergencia institucional y la articulación de inversiones, optimiza esfuerzos intersectoriales y fomenta la colaboración entre sector privado y comunidad. La columna vertebral de este modelo es el principio de "adicionalidad", que exige la coordinación intersectorial y el consenso para generar beneficios sociales, ambientales y económicos contrarrestando la dispersión de recursos y la duplicidad de funciones. La generación de sinergias entre operadores públicos y privados-como Renobo, Caja de Vivienda Popular (CVP), Metro, IDU y Transmilenio (TM)-resulta clave para alinear la gestión bajo criterios comunes de planeación, gestión y financiamiento. El modelo plantea tres fases principales: configuración de la política, estructuración del proyecto de inversión e implementación efectiva.
Cerrar la brecha histórica en las zonas más deterioradas de Bogotá exige una inversión estimada de $11,9 billones COP ($3.000 millones USD), abarcando 20 Polígonos de Revitalización (PR), equivalentes al 24% del suelo urbano de la ciudad. Para hacerlo realidad, es clave fortalecer la colaboración entre el sector público, privado y la comunidad, además del apoyo de la banca multilateral. Las prioridades están claras: facilitar el acceso a vivienda, reforzar la resiliencia climática, robustecer infraestructura urbana y ejecutar proyectos con alta relación costo-beneficio para convertir vulnerabilidad en oportunidades. En localidades como San Cristóbal, la inversión requerida alcanza $3 billones COP -$769 millones USD-, siendo el hábitat y la vivienda los principales retos identificados por el Índice de Revitalización Urbana (IRU).